Caminar. Nada más.
Ver caminar a la gente nos motiva y nos alegra. Sabemos que disfrutan. Por qué no sugerirles caminar por otros lugares? Descubrir nuevos caminos, disfrutar del bosque o de los lagos. Tenemos una variedad gigantes de pequeños ecosistemas. Estepa, bosques bajos y bosques altos, la selva valdiviana y los glaciares… Todo siempre rodeado de lagos y montañas que nos invitan a explorarlas, descubrirlas y deslumbrarnos con sus maravillas. La forma más natural, detallada y sencilla de hacer esto, es el trekking. De esta forma podemos recorrer todos los senderos de este increíble paraíso. Podemos recorrer los rincones de las montañas, descubrir arroyos y bosques milenarios, disfrutar de vistas panorámicas inolvidables. Podemos compartir la actividad con nuestra familia o amigos y sin restricciones para nadie, ya que la gran variedad de senderos existentes nos entregan un amplio espectro de dificultades que se adaptan a las posibilidades de todos. Podemos caminar muy cerca de la ciudad. En micro hasta el Llao Llao, y de allí caminando por Circuito Chico una pocas cuadras hasta «El Cristo verde» (fácil de encontrar) Allí nace un sendero único. Incluso podemos descubrir un bosque de arrayanes gigantes y llegar hasta la costa del Moreno. O por Circuito Chico, hasta la casa del guardaparques. Allí nacen los senderos al Puente Romano y al Lago Escondido. Estos senderos son ideales para hacer en familia. Otra opción: micro hasta Lago Gutierrez. Desde allí (Villa Los Coihues) caminar hasta el Camping. Y luego emprender el viaje único hasta Cascada de Los Duendes. Mas urbano? Disfrutar de la costanera caminando, ida y vuelta. Al atardecer o bien temprano a la mañana. Una experiencia mas completa es decidirse a realizar una caminata hasta un refugio. Siempre hay que completar el registro en la página web de Parques Nacionales (es obligatorio). Caminar y llegar a los refugios. Siempre nos esperan para darnos cobijo, para convidarnos con platos que revitalizan cuerpo y alma luego del esfuerzo realizado, y para compartir unos mates o alguna copa de vino junto al fuego con los otros visitantes. Compartir, aprender, conocer y sentir una enorme sensación de camaradería y comunión con nuestros pares. Para llenar el cuerpo de naturaleza y vida, nada mejor que caminar en Bariloche. |