De Salerno a Buenos Aires

Pionera en el sector, muy joven y a la vez muy tenaz llegó a Argentina con otros propósitos laborales y las vueltas de la vida la llevaron al primer amor en lo que a la gastronomía respecta.

Sara Mazzamurro, directora de Scuola Pizzaioli, aprendió de manera técnica en Argentina todo lo que ya traía como conocimiento espontaneo desde su tierra. Nacida en Salerno, a 40 kilómetros de Nápoles, llegó a Buenos Aires antes que comenzara el “boom” de la pizza napoletana y se destacó temprano por su origen y por ser de las pocas mujeres dedicadas profesionalmente a este tipo de pizza en nuestro país.

Con Scuola Pizzaioli no sólo coordina los cursos a nivel local sino que viaja a través de Sudamérica con el staff de SP creando nuevos horizontes para este tipo de pizza que cada vez tiene más adeptos. Se siente una embajadora de su tierra y de su plato insigne y a la vez anima a que más mujeres se profesionalicen.

 “En Salerno predominan las pizzerías napoletanas. La pizza para mi es sinónimo de amigos, familia, momento especial Es simple y es para compartir , siempre es excusa perfecta y motivación para juntarse”

 Reconoce que aún en este sector hay muy pocas mujeres –tanto en Italia como en Argentina- lo cual le llama la atención porque justamente son ellas quienes llevan la delantera en amasados a nivel doméstico y familia.

 “Siempre fuimos jefas de cocina en casa, si pensamos en comida en casa siempre hay una mamá, una tía, una abuela y esto no esta tan presente en el mundo de la pizzería, en la gastronomía en general sí pero en la pizza aún falta. Las mujeres tienen la posibilidad de estar pero aún no hay tradición de maestras pizzeras o pizzaiolas, es una cuestión de costumbre. Tenemos que empezar a cambiar esta tendencia” reconoce Sara que a la vez admite que el interés está pero falta la profesionalización e inclusión.

 Vengo de un mundo que es a priori masculino pero en la que nos vamos abriendo camino. Ejemplo de esto, Sara destaca el logro de las hermanas Del Pórtico que el año pasado fueron distinguidas, ganando un premio por la pizzería de Adrogué y premiadas en Italia.

Hay gran interés de las mujeres sobre esta pizza que gana terreno por su liviandad y productos de excelencia, se acercan más a los cursos de aficionados que a los profesionales pero vemos que en ellas hay mucho potencial para dedicarse de lleno y ocupar lugares reconocidos en el sector. “En lo práctico y emocional las mujeres- en todos los ámbitos laborales- tenemos  mucho para aportar”, concluye Sara.

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FUENTE: SCUOLA PIZZAIOLI