Gustavo Levinson: «En este escenario inédito, la estrategia de ventas de las pizzerías es casi la de un náufrago»
Gustavo Levinson, Directivo de APPYCE, hizo un profundo análisis de la complicada situación económica y financiera por la que están transitando las pizzerías y las casas de empanadas en este momento de pandemia.
Dijo Gustavo Levinson:
«Este es un momento difícil y distinto, donde no se pueden aplicar las mismas estrategias en ventas. Estamos en un escenario inédito: además de tener un bajón importantísimo en ventas, las ventas están restringidas sólo a delivery, sin poder vender en salón o el mostrador. La estrategia que podés hacer es casi la de un náufrago».
A raíz de la pandemia, muchos establecimientos gastronómicos sólo se mantienen con la venta a través del delivery, pero resulta insuficiente incluso para mantener los costos. «El delivery no puede alcanzar porque, en los mejores casos, es una parte de las ventas y no la totalidad. En otros casos, ni siquiera tenían instalada esta modalidad. El costo del delivery no es bajo: se necesitan repartidores propios o repartidores de las aplicaciones; un packaging determinado; una organización logística especial para que el producto llegue bien al consumidor; el área de servicio que hay que manejar para que el producto llegue en condiciones es restringida; durante la cuarentena la venta del delivery es menor pues la gente no se reúne como antes. El delivery solo (además de que es costoso) es bajo en relación a la venta total que se podría tener hoy».
Otra alternativa que se estaba evaluando en la ciudad de Buenos Aires como posibilidad para expandir las ventas manteniendo los recaudos necesarios durante el confinamiento, es la venta bajo la modalidad conocida como take away. Comentó Levinson: «La venta a través de hacer pedidos telefónicamente y retirar en mostrador ayudaría un poco en esta situación. Podríamos tener lo que es «venta por impulso», que en este momento ese cliente está perdido».
«Desde APPYCE trabajamos con un protocolo muy completo (consensuado con las Cámaras de Comidas Rápidas, AFADHYA, la Asociación de Hoteles, de Bares Notables, con la Cámara de Franquicias), para venta en delivery, en cuanto al uso de barbijos, alcohol en gel, cajas selladas, doble envoltorio, llamar por teléfono al cliente previamente. Además tenemos protocolos para el futuro, para cuando nos permitan la venta por mostrador y por salón. Estamos dispuestos a cumplir estos protocolos con exactitud para que nos permitan trabajar. Necesitamos el permiso del gobierno, que seguramente lo estarán evaluando constantemente porque a nadie le conviene un bajón económico: ni al gobierno porque necesita recaudar, ni a nosotros porque tenemos que sobrevivir», expresó Gustavo Levinson.
Con más de 40 días de aislamiento social, preventivo y obligatorio, los propietarios de las pizzerías se han visto en la difícil tarea de soportar todos los costos: la materia prima, mantener el local, los gastos fijos, los sueldos del personal, impuestos, gastos e inversiones directas e indirectas. Expresó el directivo de APPYCE: «Cuando se tiene un negocio, uno piensa que tiene que cubrir los costos fijos porque los variables dependen de las ventas. Hoy los costos fijos, como por ejemplo el alquiler, están olvidados. El costo fijo más importante para nosotros es el salario del personal. Y el costo variable es la compra de insumo con la máxima financiación que nos pueda dar el proveedor. Hoy todos los demás gastos no se pueden cubrir: no hay manera de pagar impuestos ni servicios». Y enfatizó: «Siempre digo que es más negocio para el Estado mismo ayudarnos para mantener la fuente de trabajo de mucha gente que después tener que estar pensando en pagar planes o subsidios al desempleo pues nuestro rubro es mano de obra intensiva. Los sueldos que manejamos no son altísimos, van de los 30 a los 55 mil pesos: son sueldos de gente vive al día».
Esta situación ha sido planteada por APPYCE a distintos entes nacionales y municipales. «Hasta hora nos han prestado el oído. Esperemos que nos den la palabra de su ayuda. A nivel nacional logramos que el 50% del salario lo va a abonar el Estado, algo que aparentemente se va a implementar a partir del 7 de mayo; esperemos que eso funcione y no haya grandes restricciones a la documentación a presentar. Con el sindicato se logró que la gente que no trabaje cobre el 70% y la gente que trabaja va a seguir cobrando el 100%. Es un momento con mucha incertidumbre. No tener la perspectiva de futuro para los próximos meses desorienta porque no se sabés si poner tus últimos ahorros o pedir un crédito será una buena medida o un salvavidas de plomo».
